El pasado domingo 24 de septiembre pasó uno de los sucesos más difícil en la vida de José Forero. Su esposa, Ana Isabel Mejía, marcó punto final a su vida. Lejos de caer en el precipicio de la tristeza, en el espiral infinito de la desilusión, prefirió rendirle un homenaje sincero puro de amor, como a ella le hubiera gustado.

José, quien se ha vuelto un popular personaje en el estadio Metropolitano, encarnando en los partidos de Junior y de la Selección Colombia a un Tigre que contagia con su alegría a los aficionados para alentar hasta el final, fue uno más de los miles de hinchas en las gradas del estadio.

Sin embargo, su corazón se debatía entre la tristeza de que ya no encontraría los brazos de su esposa para celebrar como en otras tardes,  y la felicidad de saber que desde el otro lado de la existencia su mujer lo veía con los ojos de amor y apoyo de hace muchos años.

“Estoy buscando un poco hacer un honor a la memoria de mi esposa. Yo sé que ella está en el cielo, y está feliz, porque esto era nuestra vida. Esto lo disfrutábamos como pareja y como familia. Eso debe continuar así”, explicó José a Zona Cero.

‘Niti’, como apodaban cariñosamente a su esposa, quien era la que le ayudaba con el maquillaje de su disfraz, murió inesperadamente dejando a José solo con los dos hijos y con el deseo de poder abrazarse con ella el día en que Colombia lograra la clasificación.

La misma forma inesperada en que se dieron las cosas, impidió que le hiciera la promesa de recordarla en el estadio. Aunque eso no fue excusa para no hacerlo. El amor que siente por ella, simplemente supera todos esos detalles.

“No se lo prometí como tal, pero no había necesidad. Ella me dijo que fuera feliz. Eso fue suficiente. Ella siempre va estar presente con nosotros. Dios es grande y en su sabiduría Él sabe porque hizo las cosas”, añadió.

José, emocionado, con el corazón en sus ‘garras’ de ‘Tigre’, tuvo suficiente gallardía para dirigir unas últimas palabras a ‘Niti’, antes de perderse en la jungla de camisetas amarillas en las tribunas del estadio Metropolitano.

“Si pudiera le diría que la amo, que la amo mucho. Que la sigo amando y que la amaré por siempre”, cerró.